Interiores amplios, mucha luz, pocos elementos y simples, predominancia del color blanco, techos a doble altura y ausencia de puertas o puestas invisibles, estas fueron las premisas que siguió la arquitecta Neus Gracía Iñesta para idear esta vivienda de esencia minimalista.

Hall de entrada con puerta integrada en una cristalera.

El salón comparte espacio con el comedor y la cocina.

Cocina muy luminosa de muebles blancos y grandes ventanales.
La distribución se desarrolla en tres plantas de la siguiente forma: sótano, con zona de servicio y una amplia sala multiusos para ocio. Planta baja, un gran espacio abierto, salón, cocina, comedor, habitación principal, despacho y habitación de invitados. Primera planta, dos dormitorios con estudio y baño y zona de estar.
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